Los 737 de la compañía estadounidense Boeing entraron en servicio en 1968 y figuran entre los aviones a reacción de pasajeros más vendidos de la historia. Sus diferentes versiones se vienen sucediendo con éxito y ahora llega el turno de la serie MAX, con nuevos motores y cambios de diseño que le permiten consumir un 20 por ciento menos de combustible que a los 737 en servicio y volar con unos costes operacionales un 14 por ciento más bajos, según proclaman sus fabricantes.


Además, los renovados propulsores del aparato le permiten realizar maniobras propias de aviones con la mitad de tamaño (para que te hagas una idea, los 737 MAX 8 tienen 40 metros de longitud y una envergadura de 36 metros), con giros y despegues brutales.

Se prevé que los 737 MAX entren en servicio en 2017 con Southwest Airlines Co., una aerolínea de Estados Unidos. Dada la historia de Boeing, es de esperar que no tarden en volar por los aeropuertos de todo el mundo. Pero que haya calma: parece poco probable que los pilotos se atrevan a hacer estas maniobras con un avión lleno de confiados pasajeros y equipaje.