Rusia está desarrollando un nuevo caza interceptor ultraveloz, capaz de volar más rápido que algunos misiles, el MiG-41, llamado a sustituir la flota actual de los 120 interceptores MiG-31 de la Fuerza Aeroespacial rusa, que hasta ahora no han sido superados por ningún avión de esta clase. El Ministerio de Defensa ha anunciado en varias ocasiones que prevén disponer del nuevo aparato a partir de 2025.


El problema con los MiG-31 radica en el hecho de que, pese a sus notables características y a la modernización a la que está siendo sometido, el plazo de su vida operativa caduca en 2028 y para entonces Rusia, tendrá que contar ya con nuevos aviones de este tipo. Por ello lo más útil sería desarrollarlo a partir de los MiG-31, opina el experto Valentín Dudin, citado por la cadena rusa Zvezda.

Según él, basar el nuevo proyecto en los MiG-31 resultaría “más rápido y económico”. No obstante, explica, “sus capacidades superarán en mucho los modelos anteriores, ya que podrá interceptar incluso a los drones de combate hipersónicos que está desarrollando ahora EEUU y que, en teoría, solo pueden ser alcanzados por sistemas de misiles antiaéreos S-500”.

No en vano, los expertos calculan que el nuevo caza ruso, que portará misiles hipersónicos, podrá alcanzar la velocidad de 4.500 kilómetros por hora, o incluso 4 mach. Asimismo, el avión será capaz de poner en órbita terrestre pequeños satélites, algo que también pueden hacer algunas versiones de los MiG-31.

A modo de comparación, cabe destacar que los misiles tierra-aire estadounidense MIM-104 Patriot son capaces de impactar contra sus objetivos a una velocidad de entre 1.800 y 6.000 kilómetros por hora (5 mach), aunque esta última cifra nunca fue comprobada, según la cadena. Así las cosas, no todos los misiles podrán alcanzar al nuevo avión ruso, concluye.