Tecnología
Científicos están a un paso hacia construir la computadora de tipo cerebral
El aparato procesa datos a través del memorresistores que operan como neuronas
Laboratorios industriales y académicos están trabajando para desarrollar ordenadores que operen más como el cerebro humano. En vez de funcionar como un sistema digital convencional, estos nuevos aparatos podrían potencialmente hacerlo más como una red de neuronas.
El equipo de Mark Hersam, Tobin Marks, Lincoln Lauhon, Vinod Sangwan, Deep Jariwala, In Soo Kim y Kan-Sheng Chen, de la Escuela McCormick de Ingeniería y Ciencias Aplicadas en la Universidad del Noroeste en Illinois, Estados Unidos, ha dado un nuevo paso adelante en la electrónica que podría acercarnos a la computación de tipo cerebral. El trabajo del equipo constituye un importante avance en el campo de los memorresistores, que son resistores en un circuito que “recuerda” cuánta corriente ha fluido a través de ellos.
Los actuales ordenadores utilizan memorias de acceso aleatorio (RAM, por sus siglas en inglés), que procesan muy rápido la información a medida que el usuario trabaja, pero que no retienen datos no guardados si se pierde la energía. Los discos Flash, por otro lado, almacenan información cuando no están energizados pero trabajan mucho más despacio. Los memorresistores podrían proporcionar una memoria que sería la unión de lo mejor de ambos mundos: rapidez y fiabilidad, y la base para lograr una forma de computación más parecida al cerebro humano que las empleadas hasta hoy. Un memorresistor de tres terminales ha sido propuesto como un medio de realizar un procesamiento de datos parecido al que efectúa el cerebro.
Pero hay un problema: los memorresistores son dispositivos electrónicos de dos terminales, que solo pueden controlar un canal de voltaje. El equipo de Hersam se propuso transformarlos en dispositivos de tres terminales, capacitándolos así para su uso en circuitos electrónicos más complejos y otros sistemas avanzados, aptos para computación de tipo cerebral.
Hersam y sus colegas afrontaron este reto usando una capa de una sola molécula de grosor de bisulfito de molibdeno. De forma parecida a como las fibras están distribuidas en la madera, los átomos están situados en una dirección concreta (llamada “grano”) dentro de un material. La capa de bisulfito de molibdeno que el equipo de Hersam utilizó tiene una bien definida frontera de grano, que es la superficie de contacto donde dos diferentes granos se unen.
Gracias al nuevo enfoque de diseño, es factible obtener un tipo de funcionamiento que previamente era inalcanzable. El equipo de Hersam está ahora explorando activamente en el laboratorio el potencial de un memorresistor de tres terminales para realizar computaciones parecidas a las del cerebro.
| Laboratorios industriales y académicos están trabajando para desarrollar ordenadores que operen más como el cerebro humano. En vez de funcionar como un sistema digital convencional, estos nuevos aparatos podrían potencialmente hacerlo más como una red de neuronas.
El equipo de Mark Hersam, Tobin Marks, Lincoln Lauhon, Vinod Sangwan, Deep Jariwala, In Soo Kim y Kan-Sheng Chen, de la Escuela McCormick de Ingeniería y Ciencias Aplicadas en la Universidad del Noroeste en Illinois, Estados Unidos, ha dado un nuevo paso adelante en la electrónica que podría acercarnos a la computación de tipo cerebral. El trabajo del equipo constituye un importante avance en el campo de los memorresistores, que son resistores en un circuito que “recuerda” cuánta corriente ha fluido a través de ellos.
Los actuales ordenadores utilizan memorias de acceso aleatorio (RAM, por sus siglas en inglés), que procesan muy rápido la información a medida que el usuario trabaja, pero que no retienen datos no guardados si se pierde la energía. Los discos Flash, por otro lado, almacenan información cuando no están energizados pero trabajan mucho más despacio. Los memorresistores podrían proporcionar una memoria que sería la unión de lo mejor de ambos mundos: rapidez y fiabilidad, y la base para lograr una forma de computación más parecida al cerebro humano que las empleadas hasta hoy. Un memorresistor de tres terminales ha sido propuesto como un medio de realizar un procesamiento de datos parecido al que efectúa el cerebro.
Pero hay un problema: los memorresistores son dispositivos electrónicos de dos terminales, que solo pueden controlar un canal de voltaje. El equipo de Hersam se propuso transformarlos en dispositivos de tres terminales, capacitándolos así para su uso en circuitos electrónicos más complejos y otros sistemas avanzados, aptos para computación de tipo cerebral.
Hersam y sus colegas afrontaron este reto usando una capa de una sola molécula de grosor de bisulfito de molibdeno. De forma parecida a como las fibras están distribuidas en la madera, los átomos están situados en una dirección concreta (llamada “grano”) dentro de un material. La capa de bisulfito de molibdeno que el equipo de Hersam utilizó tiene una bien definida frontera de grano, que es la superficie de contacto donde dos diferentes granos se unen.
Gracias al nuevo enfoque de diseño, es factible obtener un tipo de funcionamiento que previamente era inalcanzable. El equipo de Hersam está ahora explorando activamente en el laboratorio el potencial de un memorresistor de tres terminales para realizar computaciones parecidas a las del cerebro.