Tecnología
Las Tintas que permiten a cualquier persona crear sensores
Esta tecnología puede ser aplicable en varios ámbitos de la vida
La invención reciente de unas asombrosas tintas abre las puertas de una nueva era en la que cualquiera podrá construir sensores, en cualquier lugar, incluyendo médicos en la clínica, pacientes en su casa, y policías y soldados allá donde pueda haber explosivos o sustancias para la guerra química.
El equipo del Profesor Joseph Wang, en la Escuela Jacobs de Ingeniería, dependiente de la Universidad de California en San Diego, Estados Unidos, ha desarrollado una nueva gama de tintas enzimáticas que reaccionan con varias sustancias, incluyendo la glucosa. En las pruebas realizadas, él y sus colaboradores llenaron bolígrafos normales con las tintas y pudieron dibujar sensores con los que lograron medir los niveles de glucosa directamente en la piel, y sensores capaces de medir la contaminación en las hojas de vegetales.
Piel y hojas no son los únicos soportes sobre los que pueden utilizarse los bolígrafos con las singulares tintas. Los investigadores prevén que se podrá dibujar sensores directamente sobre teléfonos inteligentes para conseguir una vigilancia personalizada y barata de la salud del usuario, o sobre paredes exteriores para monitorizar la presencia y abundancia de gases contaminantes. Los sensores podrían ser usados también en el campo de batalla para detectar explosivos, así como gases nerviosos (una clase común de sustancias utilizables como armas de guerra química).
La nueva gama de tintas enzimáticas desarrollada por el equipo de Wang, Amay J. Bandodkar, Wenzhao Jia y Julian Ramirez permitiría a los usuarios dibujar sensores que detecten sustancias contaminantes o potencialmente dañinas allá donde se necesite. Los investigadores demostraron que esto era posible dibujando un sensor en una hoja de vegetal con una tinta cargada de enzimas que reaccionan con el fenol, una sustancia química de uso industrial, que también puede encontrarse en productos cosméticos, incluyendo crema de protección solar. La hoja fue después remojada en una solución de agua y fenol. Cuando el sensor fue conectado a un detector de contaminación, delató la presencia de fenol. Los sensores pueden ser modificados, mediante sus tintas, para reaccionar con muchos otros agentes contaminantes, incluyendo metales pesados y pesticidas.
Los próximos pasos en esta línea de investigación y desarrollo incluyen conectar los sensores inalámbricamente a aparatos de vigilancia e investigar cómo se comportan en condiciones difíciles, como temperaturas extremas, humedad variable y exposición prolongada a la luz solar.
| La invención reciente de unas asombrosas tintas abre las puertas de una nueva era en la que cualquiera podrá construir sensores, en cualquier lugar, incluyendo médicos en la clínica, pacientes en su casa, y policías y soldados allá donde pueda haber explosivos o sustancias para la guerra química.
El equipo del Profesor Joseph Wang, en la Escuela Jacobs de Ingeniería, dependiente de la Universidad de California en San Diego, Estados Unidos, ha desarrollado una nueva gama de tintas enzimáticas que reaccionan con varias sustancias, incluyendo la glucosa. En las pruebas realizadas, él y sus colaboradores llenaron bolígrafos normales con las tintas y pudieron dibujar sensores con los que lograron medir los niveles de glucosa directamente en la piel, y sensores capaces de medir la contaminación en las hojas de vegetales.
Piel y hojas no son los únicos soportes sobre los que pueden utilizarse los bolígrafos con las singulares tintas. Los investigadores prevén que se podrá dibujar sensores directamente sobre teléfonos inteligentes para conseguir una vigilancia personalizada y barata de la salud del usuario, o sobre paredes exteriores para monitorizar la presencia y abundancia de gases contaminantes. Los sensores podrían ser usados también en el campo de batalla para detectar explosivos, así como gases nerviosos (una clase común de sustancias utilizables como armas de guerra química).
La nueva gama de tintas enzimáticas desarrollada por el equipo de Wang, Amay J. Bandodkar, Wenzhao Jia y Julian Ramirez permitiría a los usuarios dibujar sensores que detecten sustancias contaminantes o potencialmente dañinas allá donde se necesite. Los investigadores demostraron que esto era posible dibujando un sensor en una hoja de vegetal con una tinta cargada de enzimas que reaccionan con el fenol, una sustancia química de uso industrial, que también puede encontrarse en productos cosméticos, incluyendo crema de protección solar. La hoja fue después remojada en una solución de agua y fenol. Cuando el sensor fue conectado a un detector de contaminación, delató la presencia de fenol. Los sensores pueden ser modificados, mediante sus tintas, para reaccionar con muchos otros agentes contaminantes, incluyendo metales pesados y pesticidas.
Los próximos pasos en esta línea de investigación y desarrollo incluyen conectar los sensores inalámbricamente a aparatos de vigilancia e investigar cómo se comportan en condiciones difíciles, como temperaturas extremas, humedad variable y exposición prolongada a la luz solar.