En el lugar del hundimiento fueron descubiertos anclas, lastre y otros enseres Arqueólogos han descubierto los maltrechos cascos de dos barcos balleneros casi 144 años después de que ambos y otros 31 se hundieran frente a la costa ártica de Alaska en una de las regiones oceánicas más inexploradas del planeta.


Los pecios y partes de otras naves que fueron encontrados son muy probablemente los restos de los 33 barcos atrapados por hielo compacto cerca de la orilla ártica de Alaska, en septiembre de 1871. Los capitanes de los buques balleneros habían contado con un cambio de viento del este para empujar el hielo hacia más lejos en el mar, como siempre había sucedido en los años anteriores.

Los barcos fueron destruidos en cuestión de semanas, dejando a más de 1.200 marineros varados hasta que pudieron ser rescatados por siete navíos de la flota que estaban esperando a unos 130 kilómetros (80 millas) al sur, en aguas abiertas frente a Icy Cape. Nadie murió en el desastre, pero es citado como una de las principales causas del ocaso de la caza comercial de ballenas en Estados Unidos.

Con menos hielo en el Ártico como resultado del cambio climático global, los arqueólogos tienen ahora un acceso mayor que antes a las ubicaciones potenciales de pecios.

Utilizando tecnología de sónar y de teledetección de vanguardia, el equipo de Brad Barr, de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) de Estados Unidos, ha conseguido obtener la “firma magnética” de dos barcos hundidos de aquella flota. En el lugar del hundimiento también se han descubierto anclas, lastre y otros enseres de los barcos balleneros.