Los funerales por el papel suelen ser casi siempre precipitados. Hace cinco años, el estadounidense Nicholas Negroponte, gurú y fundador del MIT Media Lab, vaticinó con gran suficiencia que en noviembre de 2015, es decir, el mes que viene, se publicarían los últimos periódicos de papel. Es evidente que no dio una, aunque nunca pedirá disculpas. El libro ha sido también víctima recurrente de profecías de extinción, que vaticinaron un rápido trasvase del grueso del público a tabletas de lectura tipo el Kindle de Amazon, menos pesadas y que permiten llevar en la mano toda una biblioteca. Pero la galaxia Gutenberg parece que aguanta. Waterstones, la mayor cadena de librerías del Reino Unido, ha anunciado que reducirá el espacio que dedica a la venta del Kindle para poner en su lugar más libros de papel.


La cadena de tiendas de libros y Amazon iniciaron en 2012 su colaboración para la venta de los aparatos lectores de los llamados «e-books», pero el negocio parece que no ha funcionado. «Las ventas son tan pobres que vamos a recuperar otra vez para los libros su espacio de exposición», ha declarado James Daunt, director gerente de Waterstones al diario «The Guardian». Daunt compara el auge que tuvo en su momento el Kindle con el éxito chisposo pero corto de los best-sellers, «que de manera inexplicable venden muchísimo un día, pero al siguiente ya estás deseando vender alguno para poder dejar sitio para otra cosa».

Lo más interesante es la tendencia de fondo: en el Reino Unido, un país que viene un mercado editorial muy vivaz y ameno, la venta de libros está subiendo por vez primera desde 2007. Waterstones vendió en diciembre de 2014 un 5% más que el año anterior. Por su parte Nielsen, que mide al conjunto del mercado, recoge que en las 36 primera semanas de 2015 se han vendido un 4,6% más de libros en soporte físico que en el mismo período del año anterior.

Larga vida al libro (y buen alivio para el bolsillo de los escritores, pues los márgenes en el mundo digital los condenan a un rápido regreso a la bohemia, como empieza a suceder en el mundo de la música con la universalización de las escuchas por streaming gratis o a bajo precio).