El subdirector general de Cultura de la Unesco, Francesco Bandarin, reconoció los esfuerzos del gobierno de Siria para proteger el patrimonio cultural de ese país azotado por casi tres años de conflicto armado.

En declaraciones a periodistas, el funcionario explicó que las autoridades han hecho una importante labor de resguardo de piezas ubicadas en museos del país, donde extremistas y mercenarios armados y financiados desde el exterior tratan de derrocar al presidente constitucional, Bashar al-Assad.


Fueron vaciados 34 museos y sus artículos transferidos a lugares seguros, evitando el daño de los mismos, dijo.

Bandarin elogió esa respuesta preventiva, y señaló el apoyo del gobierno a la Unesco en la recopilación de informaciones sobre el legado cultural sirio.

Las gestiones de Damasco evitaron una mayor destrucción al patrimonio, el cual presenta severas afectaciones por la crisis.

Según el directivo de la Unesco, se han perdido monumentos emblemáticos, entre ellos la mezquita de los Omeyas, en la norteña ciudad de Alepo, sitio declarado patrimonio de la humanidad.

En abril del año pasado, el gobierno acusó a la oposición armada por la destrucción del minarete de la mezquita, que ya había sufrido daños en sus paredes y el incendio de su afamada biblioteca, acciones también atribuidas a los irregulares.


Además de los permanentes combates, el patrimonio cultural sirio está amenazado por las actividades ilícitas, en zonas "donde las autoridades locales han perdido control territorial", expuso.

Para Bandarin particular riesgo representan las excavaciones en importantes lugares arqueológicos.

Se ha creado un mercado ilegal de objetos culturales, el cual tratamos de enfrentar con el respaldo de Interpol y la formación de policías y aduaneros en países vecinos, subrayó.