Publicado en el Diario Al Jumhuria - 29/08/2013 (traducido del árabe)

Está claro que la Alianza de países occidentales presidida por los EEUU  adoptó la decisión de desencadenar un ataque militar contra el régimen sirio. Sin embargo, dicha Alianza no tiene como objetivo principal derrocar el gobierno de Bachar Al Assad,  sino destruir el poderío del ejército sirio que permanece leal en  defensa del Gobierno y que es considerado como su máxima fortaleza.

Según fuentes occidentales, los EE.UU se preparan para  lanzar desde el mar proyectiles contra posiciones militares y estratégicas en Siria,  mientras que Gran Bretaña y Francia se encargarán de dirigir los  severos y sorpresivos ataques aéreos “exigidos” a partir de Turquía, sin utilizar el territorio jordano. Al mismo tiempo, expertos de la ONU expresaron sus temores con relación al masivo desplazamiento de 500.000 y hasta un millón de ciudadanos sirios hacia el Líbano.

Los objetivos de este golpe contra Siria serian los siguientes, entre otros:

1- Destruir y controlar el total de “productos químicos” almacenados en Siria y que están hoy en manos de la oposición. En este marco, se considera, según fuentes diplomáticas occidentales, que Siria es el país que posee la mayor cantidad de armas químicas en la región. Dichas armas  infiltradas a grupos extremistas islámicos podrían ser utilizadas en el futuro en operaciones terroristas contra algunos países occidentales y también podrían ser entregadas o vendidas a organizaciones tales como Hezbolá en Líbano, hecho que constituiría una seria amenaza a la seguridad de “Israel”.

En este marco, es de recordar que la ex Embajadora de EEUU en Líbano, Maura Connelly, se reunió en anteriores ocasiones con altos dirigentes libaneses de todas las tendencias políticas a fin de conocer las medidas adoptadas por el gobierno libanés para impedir un eventual traslado de armas químicas desde Siria a Líbano. Sin embargo, unánimemente, reconocieron la imposibilidad de controlar sus fronteras.

Es de señalar que un contingente estadounidense (1000 elementos especializados en guerra química) se sitúa actualmente en el norte de Jordania con el fin de investigar la ubicación de los depósitos de armas químicas en Siria. Dichos expertos tienen la facultad de intervenir y controlar los depósitos químicos en Siria cuando estimen necesario.

En la ofensiva militar los misiles de la marina de EEUU atacarán también los depósitos de armas químicas controlados actualmente por algunas organizaciones y grupos extremistas (de la oposición).

2- Destruir importantes pilares del régimen de Bachar Al Assad tales como la “Cuarta Brigada” y los aeropuertos militares, con el objeto de obstaculizar los planes del Gobierno sirio de librar un amplio golpe militar contra la oposición en Alepo. Se conoce que el ejército sirio había iniciado una gran operación destinada a dominar Rif Damasco y luego Deraa. El ejército sirio se disponía, en colaboración con  Irán y bajo el patrocinio de Rusia  dirigir, en los próximos días, una ofensiva contra la oposición en Alepo que sería decisiva y favorable al Presidente Al Assad en las elecciones previstas a celebrarse en junio de 2014.

3- Obligar al Gobierno sirio adoptar posiciones más flexibles y aceptar un compromiso político similar al “Taef” libanés, versión siria,  es decir, la  oposición participaría en el próximo Gobierno, los Ministros de la oposición asumirían carteras en el ámbito económico y de desarrollo, representantes del Gobierno actual sirio tendrían  cargos ministeriales en materia de Seguridad y Defensa y el Ministerio de Relaciones Exteriores estaría bajo la responsabilidad de personas de confianza del Gobierno actual. Paralelamente,  se planifica que el sucesor del  Presidente Al Assad sea un alto dirigente del régimen actual (de la secta alauita).

Estas ideas y planes emanan de unas declaraciones formuladas por Jeffrey Feltman, adjunto al Secretario General de la ONU y ex Embajador de EEUU en Líbano, en el marco de su última gira a países de la región que incluyó  Teherán. En este contexto, diplomáticos en la región del Medio Oriente consideran que Washington trata de imponer sus dictámenes en nombre de las Naciones Unidas.

Es de hacer notar que estos graves acontecimientos se desarrollan simultáneamente a las negociaciones palestino- israelíes.

Confusión y dudas sobre el panorama general en la región

No hay ninguna prueba -hasta el momento- sobre la utilización por parte del Gobierno sirio del gas sarín. Al mismo tiempo, los expertos franceses y británicos que se encontraban en Turquía y Jordania el pasado domingo, enviaron informes científicos muy confusos a sus respectivos países e  indicaron que las armas químicas que fueron utilizadas en Siria causaron la muerte a 302 ciudadanos, y no a 1.300 personas como fue divulgado por algunos medios de información. Asimismo, afirmaron que el producto químico utilizado fue fabricado localmente y no son armas sofisticadas importadas. Los expertos expresaron temor de que se utilicen armas verdaderamente sofisticadas que generarían víctimas a un nivel mucho más amplio y peligroso. Igualmente, afirmaron que miembros de una organización islámica extremista que combate a favor de la oposición en Siria son los que utilizaron dicha sustancia en Al Ghuta y Alepo.

En conclusión, se prevé que en la etapa posterior al ataque militar contra Siria, un plan político global será ejecutado en Líbano, donde actualmente los máximos dirigentes coordinan a fin de formar un nuevo Gobierno que supuestamente incluiría figuras políticas de distintos partidos entre los cuales Hezbolá (inclusión vetada por Arabia Saudita y sus aliados libaneses).

El panorama general en la región es muy ambiguo, sin embargo, se conoce la posición de Irán y de Rusia, que hasta el momento no ha retirado a sus expertos militares que juegan un papel decisivo y fundamental en el escenario  sirio.