Seleccionados
Bruselas lanza un sistema europeo para evitar las colisiones espaciales
El proyecto consiste en crear un servicio europeo de vigilancia y seguimiento espacial
Cada vez que se lanza un satélite, una pequeña cantidad de basura queda flotando en el espacio. El riesgo de colisión de esos residuos pone en peligro el funcionamiento de otros satélites y, más remotamente, puede dañar a personas y edificios. De entre los 600.000 objetos de este tipo que giran alrededor de la Tierra, alguno genera una amenaza importante una vez al mes, según contabilizan las agencias espaciales de varios países miembros. Evitarlas cuesta 140 millones de euros al año, una cifra que aumentará a 210 millones en la próxima década. Para aliviar esos costes, Bruselas ha lanzado un programa de prevención y alerta temprana de los choques de basura espacial.
El proyecto consiste en crear un servicio europeo de vigilancia y seguimiento espacial para avisar a tiempo a los operadores de satélites (empresas privadas y organismos públicos) del riesgo de colisión. De esa forma, se podrán tomar las medidas necesarias para desviar el rumbo del satélite. En la actualidad ya se hace ese ejercicio, pero la precipitación con que se realiza encarece enormemente el coste energético necesario para alejarse de los residuos.
Bruselas habilitará fondos que permitan a los países comunitarios poner en común sus radares y telescopios para crear un servicio europeo de vigilancia. La financiación, no obstante, será muy limitada; apenas 70 millones de euros de los casi 10.000 que nutrirán su política espacial en los próximos seis años.
Hasta ahora Europa depende de Estados Unidos para sortear esa amenaza, pero la tecnología estadounidense es obsoleta y no siempre está disponible. Desde 1997, Bruselas ha contabilizado 10 episodios importantes de colisiones espaciales que no pudieron evitarse. Si se tienen en cuenta las originadas por objetos de menos de un centímetro, la cifra se eleva a 170 al año.
El proyecto, que se hará público hoy, forma parte de un programa más amplio para fomentar la competitividad de la industria espacial europea. La UE es una potencia en ese mercado, pero China e India amenazan seriamente su posición. Del funcionamiento de los satélites dependen actividades tan cotidianas como el uso de teléfonos móviles, las transacciones financieras o la predicción meteorológica.
Pese a todo, la industria espacial —de alta tecnología y mano de obra muy cualificada— se enfrenta a serios recortes. España ha reducido en los últimos años un drástico 75% su aportación a la Agencia Europea del Espacio, según publicó este diario. Con el plan de Bruselas se pretende agilizar las contrataciones, mejorar la financiación y promover la difusión comercial de datos procedentes de satélites.
| Cada vez que se lanza un satélite, una pequeña cantidad de basura queda flotando en el espacio. El riesgo de colisión de esos residuos pone en peligro el funcionamiento de otros satélites y, más remotamente, puede dañar a personas y edificios. De entre los 600.000 objetos de este tipo que giran alrededor de la Tierra, alguno genera una amenaza importante una vez al mes, según contabilizan las agencias espaciales de varios países miembros. Evitarlas cuesta 140 millones de euros al año, una cifra que aumentará a 210 millones en la próxima década. Para aliviar esos costes, Bruselas ha lanzado un programa de prevención y alerta temprana de los choques de basura espacial.
El proyecto consiste en crear un servicio europeo de vigilancia y seguimiento espacial para avisar a tiempo a los operadores de satélites (empresas privadas y organismos públicos) del riesgo de colisión. De esa forma, se podrán tomar las medidas necesarias para desviar el rumbo del satélite. En la actualidad ya se hace ese ejercicio, pero la precipitación con que se realiza encarece enormemente el coste energético necesario para alejarse de los residuos.
Bruselas habilitará fondos que permitan a los países comunitarios poner en común sus radares y telescopios para crear un servicio europeo de vigilancia. La financiación, no obstante, será muy limitada; apenas 70 millones de euros de los casi 10.000 que nutrirán su política espacial en los próximos seis años.
Hasta ahora Europa depende de Estados Unidos para sortear esa amenaza, pero la tecnología estadounidense es obsoleta y no siempre está disponible. Desde 1997, Bruselas ha contabilizado 10 episodios importantes de colisiones espaciales que no pudieron evitarse. Si se tienen en cuenta las originadas por objetos de menos de un centímetro, la cifra se eleva a 170 al año.
El proyecto, que se hará público hoy, forma parte de un programa más amplio para fomentar la competitividad de la industria espacial europea. La UE es una potencia en ese mercado, pero China e India amenazan seriamente su posición. Del funcionamiento de los satélites dependen actividades tan cotidianas como el uso de teléfonos móviles, las transacciones financieras o la predicción meteorológica.
Pese a todo, la industria espacial —de alta tecnología y mano de obra muy cualificada— se enfrenta a serios recortes. España ha reducido en los últimos años un drástico 75% su aportación a la Agencia Europea del Espacio, según publicó este diario. Con el plan de Bruselas se pretende agilizar las contrataciones, mejorar la financiación y promover la difusión comercial de datos procedentes de satélites.