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Julio 2006… Histórico punto de inflexión en el conflicto de Oriente Medio
Hezbolá demostró la teoría de “la sangre puede vencer a la espada”
No es la primera vez en la historia que un reducido grupo, con modestos equipamientos, pueda resistir y marcar una victoria contra un grupo numeroso y bien equipado.
En la historia hay coincidencias, trucos, inventos, descubrimientos y heroísmos que han formado base de importantes saltos que cambiaron en profundidad el destino de un pueblo, incluso el destino de toda la humanidad. No obstante, la humanidad, que raramente presenció un suceso relacionado con la lucha humana por la justicia y la libertad, debe a Hezbolá la demostración de la teoría de “la sangre puede vencer a la espada”.
La victoria que logró Hezbolá en aquel verano de 2006 no fue ninguna sorpresa. Desde el año 1982, la fecha de la gran invasión israelí a Líbano, y la caída de la primera capital árabe, por medios militares y bajo el fuego, ante los israelíes (muchas capitales árabes ya habían sido sometidas a la voluntad israelí y otras lo hicieron más tarde, en privado o en público, en los tratados de Camp David, Oslo y Wadi Araba)… Desde 1982 el pánico se apoderaba de los invasores y abría camino a la derrota del ejército que decían que era invencible.
Aquel ejército que no dejó ninguna forma de brutalidad sin practicar, desde el año 1948, perpetró horribles masacres y todos los métodos de violencia contra la población del Sur Libanés dejado a su suerte por las instituciones oficiales y no oficiales que optaban por la teoría de “la fuerza de Líbano reside en su debilidad”.
Sin embargo, los residentes del sur, los oprimidos social y económicamente, los que sufren a diario los ataques israelíes, los que sus tierras estaban destinadas a ser la alternativa a la patria palestina de acuerdo a los planes que pretenden eliminar la causa palestina. Estos se hicieron cargo de su propia causa y llevaron alto la llama de la Resistencia.
Desde la frontera sureña hasta Beirut, pasando por las principales ciudades, Tiro y Sidón, y todos los otros pueblos y aldeas, la población se levantó, incluidos las mujeres, los niños y los ancianos, emprendieron una feroz resistencia contra los soldados israelíes que estaban armados hasta los dientes y protegidos por los aviones militares F-15, F-16 y los helicópteros Apache.
Las armas empleadas eran piedras y ollas llenas de aceite hervido, sobre todo tenían mucha fe y determinación a servir la Resistencia hasta el último suspiro, hasta la victoria o el martirio.
Así era la atmósfera en la que la Resistencia comenzó a demostrar su existencia, operaciones de martirio, emboscadas y minas en las carreteras donde pasan los soldados enemigos, ataques a los posiciones militares del ejército israelí y enfrentamientos directos, era el comienzo de nueva era que ponía fin a las guerras paseos con las que estaban acostumbrados los israelíes contra los ejércitos árabes, en las que vencían incluso antes de iniciarlas.
Cada día, había soldados israelíes que regresaban a la ocupada Palestina llevados en ataúdes o sobre camillas de las ambulancias, muchos soldados sufrían traumas psíquicas, y muchos se negaban a hacer el servicio militar en territorio libanés, los llantos de los israelíes se mezclaban con sus gritos de miedo que resonaban entre las montes y valles del Sur Libanés resistente.
Por supuesto que la Resistencia dio muchos mártires, pero la población que respalda y apoya la Resistencia sabe que es el precio a pagar por la libertad y es una condición necesaria para lograr la victoria final, por consiguiente, era generoso siempre y sacrificó con los mejores de sus hijos.
Por lo tanto, la gran victoria lograda en el verano de 2006 no era nada sorprendente, la verdadera sorpresa se asomó de otra parte. Desde el comienzo de la agresión israelí, que es también de Estados Unidos, se presentó Condoleezza Rice en Líbano para anunciar, según sus palabras, el nacimiento de Nuevo Oriente Medio. A ella se unieron muchos libaneses bien conocidos y dentro de su embajada intercambiaron besos y brindis.
Unos Días antes del cese de las operaciones militares, cuando el Consejo de Seguridad comenzó a discutir la detención de estas operaciones, algunos árabes se pusieron en contacto con los israelíes y les pidieron seguir sus ataques contra Líbano hasta “erradicar” a Hezbolá y a la Resistencia.
Estos actos y otros parecidos hicieron caer la mascaras que cubrían las caras de aquellos, y reveló de una vez por todas que no eran más que títeres de Estados Unidos y la entidad sionista.
Durante los sesenta años transcurridos desde la creación de la entidad sionista, a pesar de todas las relaciones de amistad declarada entre algunos árabes y dicha entidad, ningún líder árabe se atrevía, ni siquiera durante la firma de los acuerdos de paz, a mostrar abiertamente su simpatía por los israelíes, o manifestar su rencor y odio hacia todos aquellos que tratan de erradicar ese tumor cancerígeno.
La guerra del año 2006 constituyó un importante punto de inflexión en la historia, tanto como determinó las líneas que separan el campamento estadounidense-israelí y sus extensiones árabes, de un lado, y el campamento de la Resistencia y la verdadera libertad en la región representado por Siria, Irán, y Hezbolá, por otro lado.
Es cierto que el campamento americano-israelí con sus extensiones árabes contiene cientos de países que disponen de enormes potenciales. Pero, “un grupo reducido puede vencer a muchos, con la voluntad de Dios”. Todo indica y demuestra que esto está que esto está ocurriendo en la actualidad.
Aquil Sheij Hussein - Alintiqad
(traducido del árabe)