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La tecnología de crear robots de aspecto muy natural ya existe
La ciencia rusa está a cuatro pasos de un robot antropoide inmortal
Un mundo en el que los dobles robóticos combinan la solidez de las máquinas con la elegancia y belleza del cuerpo humano, está cada vez más cerca. Al menos así lo creen los ingenieros e investigadores del proyecto “Rusia 2024”.
La empresa rusa Neurobotics está desarrollando un robot que con el tiempo no solo podrá actuar en lugar de una persona, sino convertirse en un nuevo cuerpo humano mucho menos vulnerable que el biológico.
El “padre”, el empresario ruso Dimitri Itskov, prevé cuatro etapas de la creación del sustituto de la persona: desde un robot humanoide controlable a distancia hasta un avatar-holograma.
“Viviremos en otro cuerpo, pero nos acostumbraremos porque nuestra personalidad seguirá siendo la misma; con una diferencia: evolucionará en un cuerpo que ofrecerá muchas más posibilidades. Seremos inmortales”, dice Itskov. En la lista de interesados en obtener su réplica, ya figura el nombre de una estrella de Hollywood, el actor Steven Seagal.
De ser un éxito, el proyecto cambiaría drásticamente la sociedad. “Veo un problema en este nuevo tipo de sociedad y es el de la comunicación. El hombre se comportará de manera diferente cuando se encuentre ante un robot. No actuará igual que ante otro humano”, sostiene el sociólogo Ígor Obraztsov.
Pero los ingenieros de “Rusia 2024” se muestran más optimistas. “No creo que las personas desaparezcan y está claro que seguirán teniendo hijos, pero los más mayores dispondrán de una alternativa para prolongar su vida: podrán usar un cuerpo artificial”, explica el director de Neurobotics, Vladímir Kónyshev.
De hecho, la tecnología de crear robots de aspecto muy natural ya existe. Lo comprueba el “geminoide” del profesor japonés de Osaka, Hiroshi Ishiguro. En una ocasión el científico sentó su doble artificial en una cafetería y el 50% de los clientes ni siquiera notó la presencia del androide.
Al superar el reto de imitar el aspecto físico de las personas, los científicos se preguntan qué pasará con el ‘interior’, aunque no lo ven como un gran problema. “Los japoneses siempre hemos creído que el alma puede existir en cualquier elemento. Así que no tenemos ninguna duda en que un robot pueda tener alma”, considera el profesor Ishiguro.
fuente: Agencias
| Un mundo en el que los dobles robóticos combinan la solidez de las máquinas con la elegancia y belleza del cuerpo humano, está cada vez más cerca. Al menos así lo creen los ingenieros e investigadores del proyecto “Rusia 2024”.
La empresa rusa Neurobotics está desarrollando un robot que con el tiempo no solo podrá actuar en lugar de una persona, sino convertirse en un nuevo cuerpo humano mucho menos vulnerable que el biológico.
El “padre”, el empresario ruso Dimitri Itskov, prevé cuatro etapas de la creación del sustituto de la persona: desde un robot humanoide controlable a distancia hasta un avatar-holograma.
“Viviremos en otro cuerpo, pero nos acostumbraremos porque nuestra personalidad seguirá siendo la misma; con una diferencia: evolucionará en un cuerpo que ofrecerá muchas más posibilidades. Seremos inmortales”, dice Itskov. En la lista de interesados en obtener su réplica, ya figura el nombre de una estrella de Hollywood, el actor Steven Seagal.
De ser un éxito, el proyecto cambiaría drásticamente la sociedad. “Veo un problema en este nuevo tipo de sociedad y es el de la comunicación. El hombre se comportará de manera diferente cuando se encuentre ante un robot. No actuará igual que ante otro humano”, sostiene el sociólogo Ígor Obraztsov.
Pero los ingenieros de “Rusia 2024” se muestran más optimistas. “No creo que las personas desaparezcan y está claro que seguirán teniendo hijos, pero los más mayores dispondrán de una alternativa para prolongar su vida: podrán usar un cuerpo artificial”, explica el director de Neurobotics, Vladímir Kónyshev.
De hecho, la tecnología de crear robots de aspecto muy natural ya existe. Lo comprueba el “geminoide” del profesor japonés de Osaka, Hiroshi Ishiguro. En una ocasión el científico sentó su doble artificial en una cafetería y el 50% de los clientes ni siquiera notó la presencia del androide.
Al superar el reto de imitar el aspecto físico de las personas, los científicos se preguntan qué pasará con el ‘interior’, aunque no lo ven como un gran problema. “Los japoneses siempre hemos creído que el alma puede existir en cualquier elemento. Así que no tenemos ninguna duda en que un robot pueda tener alma”, considera el profesor Ishiguro.
fuente: Agencias