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El ejército israelí ganó la batalla contra el hospital Al Shifa en Gaza
El área que rodea el hospital Al-Shifa, en una circunferencia diagonal de más de un kilómetro y medio en la ciudad de Gaza, se convirtió en una masa de llamas, mientras la artillería y los aviones militares no dejaban de atacarla las 24 horas del día.
La escena refleja la política exterminio de la entidad sionista. Allí desaparece cualquier presencia del elemento humano, mientras que los edificios quedan completamente destruidos, y los incendios destruyeron las casas que permanecían en pie sobre sus pilares.
Los tanques israelíes penetraron en el hospital Al Shifa, después de un tiroteo preliminar que duró días, luego los soldados irrumpieron en los edificios y ejecutaron a decenas de hombres -médicos, pacientes y desplazados- en el campo. Arrestaron a otros y obligaron a las mujeres y a los niños a huir a zonas al sur de Gaza.
Durante quince días que duró el asedio, la máquina de guerra israelí implementó un control de fuego que impedía que las personas cruzaran la línea de fuego y perseguían a cualquier persona desplazada que violara las instrucciones y decidiera abandonar la zona.
Los sobrevivientes a la masacre relataron los horrores que experimentaron durante los días del asedio. “Una familia compuesta por una madre y tres hijos logró llegar a zonas seguras y parecían horrorizados por el asedio y los bombardeos. La familia no ha comido nada durante cinco días y la madre dijo que cientos de cuerpos descompuestos de mártires fueron arrojados en las calles. Todos ellos eran civiles que fueron bombardeados con artillería o drones. Muchos mártires murieron bajo los escombros de sus casas bombardeadas antes de que una ambulancia o la defensa civil pudieran llegar hasta ellos”, explicó un testigo.
Una mujer que pudo ignorar al ejército enemigo y llegar al barrio de Al-Daraj, al este de la ciudad de Gaza, en lugar de huir hacia el sur, relata lo que vivió en el hospital Al-Shifa durante cinco días de asedio. “Los soldados muestran una brutalidad incomprensible y una avidez por matar. Los jóvenes salen con las manos en alto y portando insignias blancas, y son asesinados por francotiradores o pisoteados por excavadoras. Hay más de 130 cadáveres tirados en el patio del hospital Al-Shifa, y los soldados obligan a los niños a sentarse entre los cadáveres en descomposición durante largas horas, golpean a las mujeres y los tanque no se mueven de una calle a otra, a menos que los soldados del ejército enemigo toman a hombres desarmados como escudos humanos y caminan delante de ellos, por miedo a ser el objetivo de la resistencia”.
Hoy, el hospital Al Shifa y sus alrededores ofrecen una imagen viva de la horrible destrucción causada por los aviones de combate israelís, pero los francotiradores de la ocupación, que disparan a todo y a cualquiera que se mueva, mantienen la masacre continuando al amparo de la oscuridad. El horror de lo ocurrido en esa zona que se conoció después de que el ejército enemigo se retiró de ella demuestra sin lugar a dudas que la maquinaria de muerte israelí pretende exterminar no solo al pueblo de Gaza, sino a todo símbolo de humanidad.
El régimen sionista puede presumir de haber ganado la guerra contra un hospital en Gaza.