La Policía británica se prepara para un duro invierno de criminalidad y disturbios por crisis económica

Las fuerzas policiales del Reino Unido se preparan para un aumento de la delincuencia, una ruptura del orden público y corrupción en sus filas ante el venidero invierno, incluso, elaboran propuestas de emergencia para hacer frente a la crisis del costo de vida, según informó este domingo el diario británico The Times.

El viernes, la Oficina de Mercados de Gas y Electricidad (Ofgem), del Reino Unido anunció que el tope tarifario de la energía de los hogares del país aumentará 80 % a partir de octubre, pasando de las actuales 1971 libras (unos 2325 dólares) que paga al año un lugar medio a 3549 libras (4180 dólares).

Los expertos dicen que, según las proyecciones más pesimistas, puede superar las 4000 libras (4730 dólares) en enero y hasta las 6000 libras (7096 dólares) en la primavera.

Las autoridades policiales están organizando un plan de emergencia con el fin de enfrentar “un riesgo más complejo e impredecible de mayores disturbios civiles, como respuesta a una presión económica prolongada y dolorosa”.

Conforme a la Policía británica, como resultado de la situación económica del país se incrementarán los robos en tiendas, en residencias, habrá sustracción de autos, delitos de fraude y chantaje electrónico.

En esta línea, The Times afirma que las fuerzas policiales temen que, si el Gobierno no interviene ante la crisis, la situación pueda degradarse hasta el nivel de los disturbios que se produjeron en Londres en 2011, una serie de desórdenes públicos ocurridos en el barrio Tottenham tras el asesinato de Mark Duggan, un joven de 29 años, de raza negra, que murió por disparos de la Policía. Los disturbios se extendieron a otras partes de Londres y a ciudades como Manchester y Liverpool, y tuvieron como resultado cinco muertos y grandes daños materiales.

Los países europeos se enfrentan a una crisis energética que empezó con la pandemia del nuevo coronavirus, y se profundizó tras la imposición de sanciones de Occidente, en particular los países europeos, contra Rusia por la operación militar que realiza en Ucrania. De hecho, los embargos, que tuvieron como finalidad debilitar la economía rusa, han tenido efecto bumerán.