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Plebiscito de salida en Chile: Un nuevo comienzo para el nuevo mundo

Plebiscito de salida en Chile: Un nuevo comienzo para el nuevo mundo

Cristián Fuentevilla - Cientista Político

Plebiscito de salida en Chile: Un nuevo comienzo para el nuevo mundo

En la región hispanoamericana como advenimiento de la civilización monoteísta basada en el cristianismo romano. Fundó en 1541 el Reyno de Chile así lo documentan los oficios y cartas referidos a los dominios chilenos. Fundación basada en pueblos de sangre, de mestizaje y sincretismo; tan importante como lo anterior, un pueblo de Chile fundado en el nombre de dios. Esto último de vasta trascendencia pues explica que en términos civilizatorios no hay dios sin chilenos o no hay chilenos sin dios. También demuestra todo lo que puede hacer la ideología liberal para laicizar en nombre de algún progreso de la humanidad. Considerando que esto último se impuso negando la civilización e invisibilizando el carácter castizo del pueblo hispanoamericano. Para esto la guerra de propaganda que impulso la aristocracia burguesa, le permitió conspirar y organizar militarmente con los ingleses la denominada emancipación hispanoamericana. Para posteriormente construir las narrativas míticas y fundacionales de las sociedades de clase que impusieron a la burguesía como clase nacional.

Esta transformación territorial no solo modificó la geopolítica de la región. Ante todo demostró científicamente que no fue la verborrea independentista, ni su fisonomía moral como burgueses lo que cambio la comprensión territorial; de hecho fue la guerra lo que una vez más cambio el mundo. Sin embargo todo se da en un proceso secuencial y fuera de la civilización, de hecho la actual geografía política de la región sudamericana es la representación balcanizada del territorio, mediante el recurso de la guerra por sobre el monopolio de las narrativas nacionalistas. Esto último es muy importante si consideramos que para fortalecer este proceso de los “blancos europeos” fue necesario construir esa peregrina idea del nuevo occidente pagano protestante en sus relatos universalistas y sus migraciones capitalistas. Así de facto, se anulaba la riqueza, la mixtura y las diferencias de la civilización por Estados uninacionales. Todo esto organizado políticamente en repúblicas, sobrerepresentadas por la clase nacional que compite de manera constante en diferentes dimensiones del poder y conflictos de carácter interburgues. Todo esto para señalar que los sectores políticos confrontados dentro del Estado liberal sean conservadores o liberales, de izquierda o derecha son expresión de esta historia que parece dada para los pueblos. Pero nada más lejano a los pueblos, que las narrativas nacionalistas sostenidas por los infundios ideológicos de la experiencia del denominado occidente decimonómico.

Hoy se viven fuertemente las consecuencias de estos hechos, la decadencia de occidente en razón al termino de la unipolaridad. Desató una crisis de efecto domino a escala mundial, frenando momentáneamente mediante la ideología del excepcionalismo este lento proceso de desdolarización. La sucesión de estallidos sociales que daban cuenta del agotamiento de las políticas neoliberales y del carácter periférico de los soportes políticos de respuesta a la recesión económica, que subyace en este modelo de fenecida globalización de los mercados. Chile no escapó a este escenario y al igual que la crisis de 1929, donde el impacto de la crisis mundial en el país se dejó sentir con fuerza entre 1930 y 1932, estimándose por un informe de la Liga de las Naciones (World Economic Survey) que la nación chilena fue la más devastada por la Gran Depresión1 . La analogía sirve para comparar que independiente del sistema mundo, el modelo económico rentista  en manos de la clase nacional del Chile del siglo XX es causa y efecto para la profundización de estas crisis económicas del sistema mundo. En tanto la recesión aumenta actualmente en Chile, el peso chileno es la segunda moneda que más se ha depreciado en el 2022 entre las economías de la región y más depreciada a nivel global según el Banco Central de EE.UU (FED)2. Mientras la burguesía impulsa un proceso constituyente de salida para la oligarquía bajo el revisionismo de una Carta Constitucional del mundo bipolar de guerra fría (1980) a una propuesta de Constitución remanente del mundo unipolar en crisis.  Como hispanoamérica no es “blanca”  y la actual propuesta Constitucional es una racialización ideológica  multicultural de origen anglosajon; de su propia experiencia se  entiende la proyección de sus desigualdades y desarrollo en el crecimiento de la extrema pobreza en la región3.

A lo largo del siglo XX se desarrollo un proceso de industrialización que en el caso chileno se transformó en las bases materiales de la organización política de la sociedad y en la disputa de los tipos de sociedades del mundo bipolar. La izquierda como vagón de cola de las narrativas liberales de la burguesía se llegó a proponer una segunda independencia, considerando que la sangrienta guerra a muerte desarrollada por los sectores populares del Reyno de Chile y finiquitada en 1832 estuvo lejos de ser aceptada como tal. Pues de nada sirvió a la izquierda tradicional sobreideologizar sus expectativas alcanzando un gobierno popular con la “vía chilena al socialismo”. El mundo cambió y la agenda de sustitución de importaciones neokeynesiana quedó a contrapelo de la nueva división del internacional del trabajo, impuesta principalmente por EE.UU  hacia el hemisferio sur en el continente. Para cuando estos hechos se impusieron como golpes de Estados en la región, el pueblo hispanoamericano de indios, mulatos, pardos, mestizos, etc. Ya había sido desheredado de su soberanía, sobre él se cernió la leyenda negra de la hispanidad y mudo testigo de estos hechos fue  monumentalizar la piratería inglesa que durante siglos buscó saquear los pueblos costeros. Ahora eran proletarios, una pobreza que parecía dada como un mal endémico en occidente, pero que al igualarlos con los pobres “blancos” que se bajaban de los barcos buscando la prosperidad de nuestras tierras, siempre les fue peor.

La actual política de lo contingente es la ética del paganismo, mientras los monoteismos constituidos en torno a la virtud del ascetismo de oriente se proyectan en lo trascendente. El conocimiento político del Reyno de Chile, su relación geopolítica requiere una comprensión de largo alcance. No da lo mismo ser imperio o no serlo, ser imperio y antiimperialista también requiere una explicación. La educación nacional es un programa de reeducación ideológica que no construye puentes con el mundo. La actual multipolaridad relativa tiene como eje un mundo de reglas para el desarrollo. Se requiere del derecho internacional, no es la hora de asomar el paraguas porque llueve en Washington. De hecho resulta necesario preguntarse donde están los hispanoamericanos en el plebiscito programado para septiembre en Chile. Pues no están presentes, no tienen más cabida que en las hipótesis abstencionistas. Los próximos años serán muy difíciles, los desafíos de la sobrevivencia reafirmarán la fe de los pueblos y este profundo estado de despolitización sera superado por esta experiencia trascendente. Mientras lo actual permanezca constante reinará la oscuridad y el caos, cada día puede ser una revolución de colores si se mantiene la sobreideologización como resultado de la despolitización civilizatoria. El mayor peligro es la invisibilización de la civilización en el próximo plebiscito en Chile, podríamos ser multiconfesionales, pero se impone el paganismo de la libertad de culto de la Constitución de 1980 en su renovada propuesta. Esa visión liberal de escoja su propio dios, como un supermercado de la fe, le queda bien a la dictadura protestante de 1973. Porque en la política y en la guerra se confrontan correlaciones morales.

El conocimiento es una experiencia emocional y no hay civilización sin discernimiento ético y moral. Los pobres y desheredados en Chile son la hispanidad y a este proceso constituyente le hará falta un mundo que lo sostenga desde oriente. Esta correlación moral no la cambiará la contingencia, ni el pragmatismo. Por lo mismo la nulidad de este proceso está en su carácter remanente del imperialismo. El mundo cambió que duda cabe y asumir estas verdades será menos costoso y honrado que ceder al “Destino manifiesto”  y morir de hambre.  La seguridad para el desarrollo productivo no se podrá sostener con políticas públicas para contener la demanda social, la delincuencia es una depreciación de la vida social y si el “nuevo príncipe” algo tendrá que cambiar serán las narrativas de la racialización, por género, religiosidad o por etnia. La seguridad multidimensional como puente para el sistema mundo multipolar tiene clave civilizatoria.

[1]  http://www.memoriachilena.cl/602/w3-article-601.html

[1] https://www.biobiochile.cl/noticias/economia/actualidad-economica/2021/05/20/peso-chileno-es-la-moneda-mas-depreciada-a-nivel-mundial-y-dolar-podria-seguir-al-alza.shtml

[1] https://www.df.cl/internacional/economia/cepal-alerta-sobre-aumento-de-la-pobreza-extrema-en-la-region

 

| 25/07/2022