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Hay más soldados desplegados en Washington que en Siria e Iraq
La ceremonia de investidura del binomio presidencial de EEUU, formado por Joseph Robinette Biden Jr. y Kamala Davi Harris, prevista para el mediodía de este miércoles 20 de enero de 2021, está marcada por unas fuertes medidas de seguridad adoptadas por las autoridades militares y civiles de la capital estadounidense, Washington D.C., nunca vistas hasta ahora en anteriores inauguraciones presidenciales.
La capital federal de la nación norteamericana se encuentra bajo estado de alarma y blindada por más de 25.000 miembros de la Guardia Nacional ante una amenaza factible de acciones “terroristas” por parte de los seguidores del mandatario saliente de EEUU, Donald Trump, que ya intentaron impedir el relevo presidencial el pasado 6 de enero con su violento asalto al Capitolio.
Los altos mandos del Departamento de Defensa de EEUU (el Pentágono), en línea con sus homólogos del Buró Federal de Investigaciones (FBI), se han tomado muy en serio las medidas de seguridad para blindar la toma de posesión del 46° presidente de Estados Unidos de cualquier amenaza que pudiera empañar este acto solemne.
De hecho, toda la urbe capitalina está tomada literalmente por más de 25.000 miembros de la Guardia Nacional, una cifra que hace ver pequeñas las operaciones militares de Estados Unidos en Siria, que contó con 4450 elementos, o las realizadas en Iraq, con 6 mil efectivos.
A los miles de miembros que forman parte del dispositivo de seguridad para la ceremonia de juramentación se suman vehículos blindados, patrullas, arcos detectores de armas, francotiradores apostados en lo más alto de los edificios y barricadas que dejan 12 kilómetros cuadrados cercados y bajo la más estricta vigilancia que ha visto el corazón político de la nación de la primera potencia en el mundo.
En total se han establecido tres perímetros: uno vigilado por la Guardia Nacional, uno más delimitado por vallas de hormigón y el último que resulta impenetrable a pie.
El transporte público tampoco se ha librado de las estrictas medidas de seguridad, ya que 13 estaciones de Metro se han cerrado y así permanecerán hasta el jueves 21. De igual forma, los comercios permanecen cerrados y tapiados.
Sin embargo, la vigilancia no se ha limitado al área metropolitana de Washington. A lo largo de todo el territorio estadounidense se han instalado miembros de la Guardia Nacional para proteger los capitolios en otros estados por temor a ataques de extremistas nacionales.
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