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Luis Almagro confiesa su papel en el golpe de Estado en Bolivia
El secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, admite que jugó un papel en contra de Evo Morales en las elecciones bolivianas de 2019.
En un libro escrito por los periodistas uruguayos Gonzalo Ferreira y Martín Natalevich, titulado “Luis Almagro no pide perdón” (de la editorial Planeta), Almagro ha reconocido que abrió el año pasado la posibilidad de que la oposición boliviana ganara los comicios.
El texto, que se publicará este martes, revela que el jefe de la Organización de los Estados Americanos (OEA) avaló la candidatura del entonces presidente Morales en las elecciones de 2019 para un cuarto mandato porque, según ha comentado el mismo Almagro, creía que el líder indígena iba a perder en la segunda vuelta, mientras nunca se imaginó el resultado final.
Según los autores del libro, el plan de Almagro consistía en “ganarse la confianza de Morales” para después actuar en su contra. Esta trama forma parte de una estrategia que fue diseñada en 2017 y culminó con la Misión de Observación Electoral de la OEA, la cual emitió un informe en el que destacó haber encontrado irregularidades en el conteo de votos de los comicios del año pasado.
“Quizás el caso de Bolivia es paradigmático porque el libro revela, a partir de las propias declaraciones de Almagro, que hubo un cálculo político en sus movimientos con Bolivia, para lograr determinada cosa, hubo agenda en ese sentido. Lo dice él”, sostienes Natalevich.
Las revelaciones se producen mientras en reiteradas ocasiones, Morales ha culpado a Almagro de ser parte del golpe de Estado que le obligó a renunciar en noviembre de 2019, pese a haber sido reelegido en los comicios de octubre del mismo año.
Tras la publicación de un informe en base a una auditoria preliminar, la OEA invalidó los resultados de dichos comicios, lo que fue seguido por una escalada de movilizaciones en contra y a favor de Morales, que varias veces terminaron en violencia.
El retorno al poder del Movimiento al Socialismo (MAS), partido de Morales, en las elecciones del pasado octubre en Bolivia —de las que salió presidente Luis Arce— ha aumentado las críticas contra el organismo regional y su papel en el golpe de Estado de 2019.
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