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Un militar danés comenta el ataque a Ain al Asad: la peor parte fue la incertidumbre y la impotencia
Un sargento danés que estuvo en la base aérea de Ain al Asad en Iraq durante el ataque con misiles perpetrado por Irán compartió cómo los soldados de la coalición vivieron el ataque y las secuelas que les dejó.
El militar relató que la coalición liderada por EEUU recibió un aviso previo con varias horas de antelación, por lo que las personas que estaban en la base aérea tuvieron tiempo para refugiarse en los búnkeres, donde se quedaron esperando.
“Ha sido terrible. No se puede describir y no debería vivirse. No había nada que pudiésemos hacer, solo podíamos esperar. Así que no podíamos hacer lo que nos entrenaron en esta situación”, dijo el sargento, que se presentó como John.
En la entrevista que concedió al canal danés en Kuwait, que es adonde evacuaron a la mayoría de los soldados de la base aérea de Ain al Asad, John también contó sobre las reacciones de los demás militares durante la espera, así como durante el propio ataque.
“De repente llegó la primera oleada. Nueve misiles de aproximadamente una tonelada. Esto no se puede describir. Nunca he experimentado nada igual a esto y espero que nunca tenga que hacerlo de nuevo”, destacó John.
El impacto de los misiles fue tan fuerte que el búnker entero se agitó y cayó polvo dentro en grandes cantidades. De hecho, según relata John, los soldados tuvieron que ponerse bufandas para poder respirar. Sin embargo, la peor parte del ataque fue la incertidumbre y la impotencia que sintieron los soldados.
“El desconocer lo cerca que caerá el siguiente misil y cuándo caerá. Al fin y al cabo, no teníamos ni idea allí abajo. Algunos estaban haciendo chistes para animarse. Otros se cerraron en sí mismos, mientras que algunos derramaron lágrimas”, relató el sargento danés.
John destacó que al salir del búnker después del ataque, los soldados daneses se quedaron sorprendidos al ver que el nivel de destrucción no era el que esperaban.
“Al principio pensamos que veríamos un desierto incinerado y que no quedaría nada. Pero en realidad nos quedamos sorprendidos que ninguno de los misiles impactó sobre nuestras cabezas. Estimo que el más cercano cayó a unos 270 metros de donde estábamos nosotros. Los cráteres eran tan grandes, que podrías estacionar una camioneta dentro de ellos”, explicó.
La cadena TV2 destacó también que un equipo de psicólogos está en camino a Kuwait para atender a los soldados, puesto que ellos “realmente lo necesitan”, concluyó John.
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