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Estados Unidos no coopera con la ONU en asuntos de derechos humanos
El Departamento de Estado ha dejado de responder a las quejas oficiales de la ONU
La administración de Donald Trump detuvo la cooperación con investigadores de derechos humanos de Naciones Unidas acerca de posibles violaciones dentro de Estados Unidos, según un reporte de prensa citado por medios norteamericanos.
El diario británico The Guardian difundió este viernes que el Departamento de Estado ha dejado de responder a las quejas oficiales de los relatores especiales de la ONU, la red de expertos independientes en temas como la pobreza, la migración, la libertad de expresión y la justicia.
No ha habido respuesta a ninguna de estas consultas formales desde el 7 de mayo de 2018, con al menos 13 solicitudes que no han sido atendidas, señaló el artículo, cuyo contenido reproducen los sitios estadounidenses The Hill y The Daily Beast.
Asimismo, el periódico advirtió que desde el inicio de su mandato en enero de 2017, el Gobierno de Trump no envió ninguna invitación a un monitor de la ONU para visitar Estados Unidos con el fin de investigar los derechos humanos dentro del país.
Según The Guardian, anteriormente Washington recibía a los observadores, aunque algunas áreas de la vida pública estadounidense son sistemáticamente excluidas de la mirada de Naciones Unidas, como las prisiones de país y el campo de detención en la base naval ubicada en Guantánamo, Cuba, contra la voluntad de la isla.
Jamil Dakwar, director del programa de derechos humanos de la Unión Estadounidense de Libertades Civiles, manifestó que el cambio bajo Trump “da la impresión de que Estados Unidos ya no era serio en el cumplimiento de sus propias obligaciones de derechos humanos”.
El momento de la ruptura con los investigadores de la ONU coincidió con la publicación en junio pasado de los hallazgos de la visita del experto Philip Alston para analizar la pobreza.
Como relator especial de la ONU sobre ese tema, Alston criticó a la administración Trump por agravar los niveles de desigualdad que ya eran los más evidentes en el mundo occidental, y ese reporte fue mal recibida por Nikki Haley, entonces embajadora estadounidense ante la ONU, quien lo acusó de parcializado, apuntó The Guardian.
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