La decisión de la administración Trump de separar a los menores migrantes de sus padres al cruzar la frontera con los Estados Unidos ha traumatizado a una sociedad que pensaba que el presidente estadounidense no podía ir más lejos en sus políticas conservadoras (las que prometió en campaña y llevaba en su programa electoral, todo sea dicho).

Pese a que el mandatario firmó ayer una orden ejecutiva en la que se decretaba que se volviera a untar a las familias, el debate sigue sin rebajarse y muestra de ello es que la revista Time ha salido hoy a los kioscos dedicando al asunto su portada, una primera plana demoledora en la que una niña hondureña mira suplicante, llorando, al republicano, impasible ante su dolor. El titular, por contraste, es como un puñetazo: “Bienvenidos a América”, se lee.

La portada toma como base la fotografía que se ha convertido en un icono de este drama, captada la semana pasada en el Valle del Río Grande por John Moore, fotógrafo de Getty Images. La niña, de apenas dos años, llora desesperadamente mientras mira a su madre, un punto de color rosa en mitad de la noche. La cara de la mujer no se ve en la imagen, pero, de acuerdo con Moore, un agente de aduanas y control de fronteras la estaba cacheando en ese mismo instante.

El artículo con el que la prestigiosa revista ha acompañado a su portada carga duramente contra el presidente Trump, y asegura que su actitud está dejando a los estadounidenses preguntándose “¿qué tipo de país somos?”. Recuerda, además, que todos los líderes estadounidenses hasta el momento han ensalzado ciertos valores que conformaban los cimientos de la sociedad, “democracia, humanidad e igualdad”, que ahora están en retroceso, si no en verdadero peligro.

No obstante, Trump y su lema, America first (América primero), están demostrando cuán lejos “de nuestro humanismo fundador están sus políticas”. Para Time, la política de “tolerancia cero” de Trump contra la inmigración ilegal “trata tanto de nuestro futuro como de la tragedia de las familias separadas por su implementación”. La revista alerta que, pese a que el presidente ha dado marcha atrás en esta práctica, las dudas sobre en qué país se están convirtiendo los Estados Unidos persiste.