El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Raad Al Hussein, acusó a la ocupación israelí de una respuesta “completamente desproporcionada” a las protestas en Gaza, equiparable a “una matanza deliberada”.

“El fuerte contraste en las bajas en ambos lados apunta a una respuesta totalmente desproporcionada: del lado israelí, un soldado resultó herido leve el lunes por una piedra. Los homicidios ocasionados por el uso ilegal de la fuerza por una potencia ocupante también pueden constituir un caso de matanza deliberada, una violación grave del IV Convenio de Ginebra”, manifestó Zeid en el discurso inaugural de una reunión especial del Consejo de Derechos Humanos.


Desde que el 30 de marzo comenzaron las protestas en Gaza, las fuerzas de ocupación israelíes mataron a 87 palestinos, incluyendo 12 niños. Más de 12.000 personas resultaron heridas, incluyendo a más de 3.500 que fueron alcanzadas por municiones reales.

La violencia alcanzó su punto culminante el 14 de mayo, cuando 43 manifestantes fueron abatidos por las fuerzas israelíes en la frontera que separa Gaza del resto de Palestina ocupada. Las fuerzas israelíes también mataron a otros 17 palestinos fuera los cinco puntos de concentraciones, elevando la cifra total de muertos a 60, la más alta de un día en Gaza desde las hostilidades de 2014. Y el número va en aumento, pues algunos de los 1.360 manifestantes fallecen a causa de sus heridas.

Zeid recalcó que la fuerza letal solo se puede utilizar como último recurso, en casos de extrema necesidad, ante una amenaza inminente de muerte o riesgo de lesiones graves.


El derecho internacional obliga a la entidad sionista, en tanto que potencia ocupante, a proporcionar protección a los 1,9 millones de habitantes de Gaza, donde hay escasas oportunidades de empleo y las infraestructuras, tras 11 años del bloqueo por parte del régimen sionista, se están desmoronando,

“De hecho, viven enjaulados en un tugurio tóxico desde el nacimiento hasta la muerte, privados de dignidad, deshumanizados por las autoridades israelíes hasta un punto en que, aparentemente, los funcionarios ni siquiera consideran que estos hombres y mujeres tienen el derecho, además de todos los motivos, a protestar”, denunció Zeid.

El alto cargo de la ONU avaló el llamado de numerosos Estados y observadores a realizar "una investigación internacional, independiente e imparcial" y exigir responsabilidad a los perpetradores de las violaciones.