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El auge militar del eje de la Resistencia en la región preocupa al régimen sionista
La entidad sionista realiza su mayor maniobra militar pensando en Hezbolá
En lo que la prensa calificó como un mensaje a Hezbolá e Irán, decenas de miles de soldados israelíes ensayan la reacción ante un ataque armado contra el norte de Palestina ocupada y la posterior guerra que será más dura que la del 2006.
El elevado perfil mediático del masivo ejercicio militar israelí iniciado este martes ante un eventual ataque desde el Líbano y la posterior guerra no es casual. Aunque la entidad sionista aclara que la mayor maniobra de su ejército en el norte del país desde 1998 estaba planificada desde hace tiempo y no tiene relación con los últimos acontecimientos en Líbano y Siria, el despliegue de decenas de miles de soldados durante once días es un mensaje de músculo y psicológico a Hezbolá, señaló el diario español El Mundo.
El auge militar del eje iraní-sirio-Hezbolá en la región apoyado por Rusia preocupa al régimen sionista.
“Es una etapa más de preparación de nuestro ejército. No queremos una nueva guerra pero deben saber que si nos atacan, el daño a Hezbolá y Líbano será muy elevado”, advierten fuentes militares al inicio de las maniobras.
Al otro lado de la frontera, efectivos de la Resistencia Islámica monitorizan las maniobras israelíes mientras sus medios traducen hasta la última palabra a los analistas militares en la prensa hebrea. Para Hezbolá, es la confirmación de su poderío, opina el diario español. “Estamos preparados para cualquier escenario”, advierten.
La maniobra, que cuenta con la participación de la fuerza terrestre, marítima y aérea, la Inteligencia y la unidad cibernética, ensaya el siguiente escenario: bajo la cobertura de una lluvia de cohetes, comandos de Hezbolá penetran en dos localidades del norte (de Palestina ocupada). El ejército reacciona neutralizando el ataque, evacuando a miles de habitantes israelíes y lanzando una gran ofensiva aérea y terrestre en el sur del Líbano.
Los militares israelíes reconocen que Hezbolá “es la principal amenaza” de la entidad sionista, y consideran que “teniendo en cuenta su arsenal y organización puede ser visto también como un verdadero ejército”.
Según las estimaciones de Inteligencia, Hezbolá dispone de más de 110.000 misiles y proyectiles y varias decenas de miles de efectivos.
La próxima contienda no sería una continuación de los 33 días en 2006 sino un escenario diferente con dos frentes abiertos (Líbano y Siria) y un papel más activo de Irán, opinan los israelíes. El daño que Hezbolá infligirá al ejército y la retaguardia será muy superior al causado entonces pese a que las defensas antiaéreas israelíes forman un paraguas infinitamente más amplio. Por otro lado, la Inteligencia israelí tiene mejor información sobre decenas de objetivos de Hezbolá en las más de 200 aldeas del sur del Líbano y los ataques aéreos serán más letales para el país de los cedros.
Por su parte, Hezbolá observa a su enemigo y también se prepara. Su intervención en la guerra siria le ha servido para adquirir una enorme experiencia en combate.
“Cada vez que un funcionario israelí habla de que Hezbolá se ha fortalecido, en realidad admite la derrota de Israel”, afirmó el secretario general de Hezbolá, Hassan Nasrolá, en el undécimo aniversario de la guerra del 2006 que concluyó con la derrota israelí.
“La resistencia en Líbano no pierde el tiempo, trabaja y estudia todos los acontecimientos, calculando y examinando sus planes, entrenándose y armándose con las mejores armas que pueda obtener porque ese es su derecho natural”, advirtió.
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