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Opción del diálogo versus violencia en Venezuela
El diálogo como una opción frente a la violencia de la ultraderecha
Por Mario Esquivel * (Prensa Latina)
El diálogo entre el gobierno venezolano y la oposición, realizado a insistencia de las autoridades y con el auspicio de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), gana protagonismo como una opción viable frente a la violencia de la ultraderecha.
La postura de las autoridades encuentra reflejo en las innumerables iniciativas emprendidas a favor de la paz por parte del gobierno desde mediados de diciembre.
En la amplia relación de actividades destacan 25 Conferencias por la Paz con la participación de sectores políticos, empresariales y estudiantiles.
Ese tipo de acción facilitó la firma de convenios para incentivar la producción nacional, el cumplimiento de la Ley de Precios Justos y celeridad en la aplicación de mecanismos dirigidos a la adquisición de materias primas.
Además, se efectuaron dos asambleas con gobernadores y alcaldes de la oposición, las cuales dejaron como saldo la aprobación de recursos para obras de infraestructura, vialidad, transporte y servicios.
Unido a ello, se suministraron equipos para el combate contra la delincuencia, además de activar mesas de trabajo por regiones para revisar planes diversos.
El presidente de la República, Nicolás Maduro, consideró que el proceso de diálogo y debate público con sectores de la oposición es el único camino a la paz en el país, en respuesta a los actos violentos de la ultraderecha.
La salida nunca debe ser eliminar al adversario, sino por el contrario generar cada vez mayor participación, añadió.
A partir del reconocimiento mutuo a la voluntad popular y respeto a la Constitución aprobada en 1999, ambas partes (gobierno y oposición) expusieron en cadena nacional de radio y televisión sus puntos de vista sobre los principales problemas del país.
Como antecedente del encuentro destaca la labor realizada por la misión de cancilleres de Unasur, tres de cuyos miembros (Ecuador, Colombia y Brasil) acompañaron la jornada inicial, además del representante del Vaticano.
Sin dudas, el diálogo constituye la opción preferida por la mayoría de los venezolanos, tomando en cuenta el lamentable saldo que acumulan hasta el momento las acciones violentas de la ultraderecha.
El Ministerio Público de Venezuela señaló que la cifra de fallecidos por los actos de violencia de la ultraderecha llegó a 41, de ellos 32 civiles y nueve funcionarios de los cuerpos de seguridad.
Según la Fiscal General de la República, Luisa Ortega, se contabilizaron 674 personas lesionadas y 175 privadas de libertad por las acciones violentas, de las cuales solo 12 han acreditado su condición de estudiantes.
Una decena de instalaciones universitarias fueron blanco de agresiones incendiarias, además de centros asistenciales de salud, instituciones públicas, vehículos estatales y sistemas de transporte como el Metro.
Frente al argumento de protestas pacíficas utilizado por la derecha para justificar los actos de vandalismo, el periodista José Vicente Rangel advirtió que las citadas acciones encierran una forma de lucha que emplea el crimen y esparce la confusión como último recurso, marcadas por el terrorismo con fuerte componente fascista.
El comunicador advirtió que los interesados en derrocar al gobierno del presidente Nicolás Maduro recurren al terrorismo, estimulados por la desesperación que los embarga.
En efecto, cuatro derrotas electorales consecutivas (dos comicios presidenciales, uno regional y uno municipal) en un lapso menor a dos años resultó demasiado para los sectores más radicales de la oposición, inclinados a la práctica del golpismo.
El sustento de los actos de vandalismo se encuentra en paramilitares colombianos, narcotraficantes, contrabandistas, agentes norteamericanos infiltrados, con apoyo de banqueros ladrones y empresarios que actúan en el exterior con dinero mal habido, dijo Rangel.
La denominada guarimba (actos violentos) arrastra la carga subversiva de hace 12 años y se convierte en centro de la política cuyo objetivo es sacar a Maduro de Miraflores y acabar con el orden constitucional, añadió.
A falta del factor militar, pasa a ser el recurso que le permite a los promotores del golpe continuado mantener en ascuas a la ciudadanía, generar desestabilización y proyectar hacia el exterior la imagen de un país al borde del caos, aseveró el periodista.
*Corresponsal de Prensa Latina en Venezuela