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Opinión

Elecciones constituyentes en Chile: Donde la civilización hace la diferencia

Elecciones constituyentes en Chile: Donde la civilización hace la diferencia

Por Cristián Fuentevilla. Cientista Político

Elecciones constituyentes en Chile: Donde la civilización hace la diferencia

El actual escenario de despolitización que se vive en Chile, se puede apreciar a escala en los diferentes países de la región que persisten en sostener los modelos de reprimarización y desindustrializaron que postergan por casi medio siglo el desarrollo. Porque aunque la economía del imperialismo occidental la sostiene el extractivismo de los recursos naturales, las consecuencias se viven como hechos y no como deseos. Huelga decir, que la oligarquía es resultado del canibalismo social de la burguesía y en el caso chileno se conforma en el advenimiento de la desindustrialización y privatización de las empresas del Estado. En un régimen de excepción de guerra fría y de una geopolítica dominada por el escenario bipolar de las relaciones internacionales. Se puede decir que fue un tránsito idealizado de la violencia política del capitalismo, de la banalidad del mal de la sociedad de clases y sus instituciones, a la tiranía del deseo de la oligarquía. Una operación de transculturización marcada por el carácter colonial de la ética protestante. Y era que no, pues la burguesía es resultado de la ideología y no de la sangre. Por lo tanto los pueblos son la civilización sincrética fundada en el casticismo que permite reconocer a los hijos por su sangre. Entendiendo esto como un hecho, también se puede apreciar la desigualdad para entender el impacto del advenimiento de la sociedad de clases y de la burguesía como clase nacional. Por lo tanto la experiencia capitalista y la sociedad de clases nacen junto con la balcanización de la región sudamericana.

¿Porque resulta importante esta aproximación metodológica en la coyuntura electoral actual? Porque devela al menos dos cosas que trascienden las elecciones en Chile. Primero que como en el caso chileno, las relaciones económicas en el mercantilismo del reino de Chile, eran relaciones de producción cooperativa, si bien la tierra era el bien del rey, lo que se producía correspondía solo porcentualmente a las instituciones. Como sociedad estamental, se basó en una sociedad pluriétnica con un sistema de derechos. El reino de Chile es la civilización fundante de los pueblos actuales. Pero viviendo sin la soberanía de la civilización, con unas repúblicas que permanecen por el monopolio de la fuerza. Dispuesta por cierto, en la ideología liberal de una libertad individual, lo que da vida a la dictadura del deseo burgués, bajo una ética integrista dentro de la experiencia estatal. Lo que en 200 años, está terminando por conducir los hechos a una necesaria lectura de largo alcance, para discernir entre civilización e  ideología, pues es la civilización la necesaria preservación ética y moral de la vida. Y esta tiene raíces de sangre en quienes encarnan el rol civilizatorio, o sea no es un llamado a la identidad cultural, es un asunto de conocimiento político. Y en un proceso constituyente como el de Chile en mayo del 2021, es todo. En lo inmediato esto aporta un estado situacional que se suma a los análisis de cada país de la región sudamericana, más allá de la contingencia sanitaria mundial.

Como segunda observación, es pertinente señalar que el contexto actual de multipolaridad de las relaciones internacionales, es una representación observada de la paulatina pérdida de influencia en el desarrollo económico de occidente. Lo que agudiza el carácter unilateral para reinstalar la lógica unipolar pos guerra fría, principalmente de EEUU pero sin las bases materiales que llegó a generar su producción económica antes del colapso. Esta lectura se puede apreciar en la gestión de la cooperación internacional para controlar la emergencia del Covid19. Donde además el Estado también es todo, a la hora de salvar la vida de sus pueblos o la humanidad, como en el caso de China o Corea del Norte. En lo inmediato las elecciones en Chile, como escenario pos estallido social, no parecen tener cohesión ni ideológica, ni menos civilizatoria en torno a un proyecto político de Estado. Para incorporar sus necesidades en políticas de desarrollo dentro de un escenario multipolar favorable, al término de la idealización de la violencia. Ya que en la división internacional del trabajo, producir también es todo. Y los votantes tendrían que aceptar como una realidad, la existencia de la sociedad de clases y buscar el control político de la producción. Cosa que marcha a contrapelo del proceso constituyente del sistema político chileno. Pero más preocupante aún, es el hecho de que sin la civilización el sincretismo se disipa y con él la oportunidad de construir puentes entre pueblos y civilizaciones. Es la condena a un rol periférico del desarrollo en un contexto donde se acabó el neoliberalismo. Por tanto las variables del poder necesariamente se modifican.

Cual silogismo los dos análisis previos de civilización y relaciones internacionales, explican el hecho de que la civilización más importante es la que existe, porque es de sangre. Y en el mundo real la sangre vale más que el oro. Desconocer este desarrollo de la humanidad, es colocarse por fuera de ciertas condiciones propias de la condición humana. Es negar que la experiencia humana es una experiencia colectiva, basada en una fe inquebrantable de la sobrevivencia. Por tanto las ideologías que tienen como centro al individuo, por sobre su experiencia colectiva, están por debajo de estas expectativas. Por eso no existe una humanidad plenamente de ateos, en donde la ideología no es más verdad que la sangre. Por tanto, no podemos volver al canibalismo y los sacrificios prehispánicos de algunos pueblos originarios, pues la experiencia civilizatorias fue el mestizaje. Y en 200 años se han sucedido iniciativas colonialistas bárbaras. Que centran sus beneficios fuera del mundo humano, sin civilización. El canibalismo social expresado en la concentración de la riqueza, donde tamañas desigualdades se expresan claramente en el conocimiento político. Lo que terminará imponiendo más allá del estado situacional del Estado y las relaciones internacionales. La solución política de lo que en los hechos funcione. ¿Con expectativas a superar la pobreza? Eso es desarrollo y solo se ha conseguido industrializando. Pero, teniendo conocimiento de la competencia multipolar en la era del agotamiento de los combustibles fósiles. Eso construye alianzas y propósitos para engrandecer a nuestros pueblos en su desarrollo. Puesto que al ser una iniciativa electoral de un régimen político constitucional  de una dictadura de guerra fría. Tiene la posibilidad permanente de suspender el proceso, así por la vía del caos permanecer sin ofrecer solución política a una sociedad despolitizada y falta de interés por unas elecciones que vienen a sobrerepresentar las ideologías introducidas principalmente por las migraciones capitalistas, ausentes del rol civilizatorio de la sangre de nuestros pueblos y su sincretismo.

 

| 17/05/2021