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Opinión

Irán y el Eje de la Resistencia: los garantes de una integración regional independiente

Irán y el Eje de la Resistencia: los garantes de una integración regional independiente

La colaboración entre Siria, Iraq e Irán, logró contener el avance de los takfiríes

Por Hakim Gutiérrez


El imperialismo occidental y sus aliados regionales pretenden remodelar a Medio Oriente en función de sus intereses según su concepto de Nuevo Medio Oriente. Para lograr su cometido, deben destruir las naciones y las organizaciones populares que conforman al Eje de la Resistencia. DAESH, y los otros grupos takfiríes son las fuerzas encargadas por los países de la OTAN, “Israel” y del CCG (Consejo de Cooperación del Golfo) de debilitar suficientemente a los Estados sirios e iraquíes para permitir una consiguiente intervención militar directa y organizar la división de ambos Estados en pequeñas entidades dependientes. Pero la eficiente estructura de colaboración entre ejércitos nacionales y servicios de inteligencia de Siria, Iraq e Irán, con movimientos populares y organizaciones político-militares de Iraq, Siria, Líbano y Palestina, demostrando su capacidad de adaptación y su claridad estratégica logró contener el avance de las fuerzas takfiríes y está recuperando el terreno perdido. Ahora resulta que el mismo imperialismo y sus lacayos regionales acusan a la República Islámica de Irán de expansionismo por apoyar a las fuerzas de resistencia popular y proponer un modelo de integración regional independiente.

La “confesionalización” (shíitas v/s sunitas) del conflicto y la diabolización de Irán y de todos los movimientos populares de resistencia por los medios propagandísticos persigue varios objetivos claves. El primero, es esconder ante la opinión pública los intereses imperialistas detrás de los conflictos que golpean la región. Luego, mantener el flujo de terroristas promoviendo la intolerancia. Y finalmente, revertir los roles y presentar a Irán como el agresor con aspiraciones imperiales.

Irán y el Eje de la Resistencia: los garantes de una integración regional independiente

La hostilidad en contra de la República Islámica no es nueva. Occidente y Arabia Saudita financiaron la agresión iraquí en la guerra Irán-Iraq que dejó millones de muertos. La instrumentalización por la CIA de grupos terroristas iraníes, el fracasado intento de “Revolución Verde” en el 2009 y el bloqueo económico fueron otras de las tácticas implementadas por occidente para intentar doblegar a Irán.

Sin embargo, pese a la agresión permanente y al bloqueo económico, Irán logró avanzar de forma autónoma desarrollando su propia industria y tecnología hasta convertirse en una potencia regional independiente que levantó junto al Estado laico sirio, y diversas organizaciones populares palestinas y libanesas una alianza político-militar que pudo derrotar al ejército israelí en Líbano y resistir heroicamente en contra de la ofensiva de DAESH y Al Qaeda. El Hezbolá libanés cambió el curso de la guerra en Siria conquistando posiciones estratégicas rompiendo así las líneas logística de los grupos takfiríes y frenando en seco sus planes de entrar al Líbano. En el sur de Siria, Hezbolá y el Ejército Árabe Sirio lograron poner en jaque los planes israelíes de crear una zona tampón desde la cual, los takfiríes atacarían a Damasco, como también las posiciones de Hezbolá en el sur del Líbano. En el frente iraquí, el ejército y las milicias populares han logrado recuperar a diversas ciudades previamente en manos de DAESH. En la actualidad las fuerzas patrióticas iraquíes se encuentran preparándose para una batalla decisiva en Faluyá.

En Yemen, la monarquía saudí abrió un nuevo frente en nombre de los Estados Unidos. Los bombardeos masivos de los saudíes y sus aliados árabes indignos no han podido impedir los avances de la resistencia patriótica yemení.

Pretextando el supuesto “expansionismo” iraní, Arabia Saudita consiguió gracias a su gran poder económico, levantar una coalición de ejércitos de diversos países sunitas que ha bombardeado de forma constante al país más pobre de la región para intentar someterlo nuevamente al yugo saudí. Hasta Abou Mazen, presidente de la Autoridad Nacional Palestina apoyó a Arabia Saudita.

En este marco complejo, La presión coordinada de Rusia, China e Irán sobre Occidente hizo factible la firma de un acuerdo sobre el tema nuclear entre Irán y los 5+1(miembros permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas + Alemania).

La entidad sionista (Israel) y Arabia Saudita han hecho pública su más alta preocupación aludiendo al supuesto peligro que significaría una bomba nuclear iraní para su seguridad. Pero lo que realmente preocupa a ambos regímenes y a Estados Unidos es el fortalecimiento de Irán y por ende del Eje de la Resistencia en caso de que se levanten las sanciones económicas sobre la República Islámica y esta pueda beneficiar de todos sus activos embargados en bancos internacionales. Se calcula que Irán podría recuperar unos 120 mil millones de dólares. Además, una normalización de las relaciones con Irán implicaría el regreso de las inversiones extranjeras en este país como también el aumento de la oferta iraní en el mercado de hidrocarburos. La llegada de inversiones occidentales a Irán implicaría para Teherán nuevos márgenes de maniobra en las relaciones con los países occidentales.

Irán y el Eje de la Resistencia: los garantes de una integración regional independiente

Irán estaría en condición de redoblar sus esfuerzos para impulsar sus planes de integración regional convenciendo a pueblos y naciones de la región de la factibilidad de construir Estados soberanos política y culturalmente independientes de Occidente.

El proyecto de integración regional iraní es inclusivo. Solo la entidad sionista quedaría fuera.

Ante semejante amenaza para sus ambiciones regionales enmarcadas en el proyecto de dominación imperial estadounidense, los regímenes sionistas y wahabitas, en una especie de “coming out”,  denuncian el “expansionismo” de Irán en la región admitiendo ante el mundo la convergencia de sus intereses estratégicos y su voluntad de impedir a toda costa, el nacimiento de un proyecto de integración regional independiente de Occidente.

Por esta razón, Medio Oriente vive ciertamente el momento de más alta tensión en décadas. Si bien “Israel” es la única potencia nuclear en Medio Oriente, la estructura militar del Eje de la Resistencia está en condiciones de destruir a “Israel” con armas convencionales. El concepto de “destrucción mutua asegurada” que mantuvo el mundo en un tenso equilibrio durante la guerra fría parece aplicarse ahora para la región. Sin embargo, las fuerzas destructoras desatadas por Riad están provocando fuertes tensiones internas en Arabia Saudita. En este marco, la amenaza saudí de proveerse con armamiento nuclear o la desesperación israelí podrían romper el frágil equilibrio.

| 18/06/2015